Mi historia

Text recovered from 12.11.2007

Todo empezó hace unos 12 años gracias a un muy buen amigo mío, el cual tenía en su casa una maquinita de juegos de Nintendo llamada Game and Watch. En ella eras un personaje (por aquel entonces no sabía cómo se llamaba, como tampoco supe que la máquina se llamaba Game and Watch, tan sólo que servía para jugar) que tenía que enfrentarse a muchos esqueletos, ganar corazones, vencer a dragones y rescatar a una princesa. Por supuesto, también había que conseguir triángulos de poder (vamos, la Trifuerza). Era genial, me divertía a lo grande 🙂 Gracias a este chico fue, por tanto, como conocí La Leyenda de Zelda, ¡siempre le estaré agradecido!, lo curioso es que él tiró por otros derroteros, gustándole más la Game Gear de Sega. Una elección que también alabo 😉

Un año después me regalaron por reyes la NES (la consola de Nintendo de 8 bits) junto con el Mario Bros., aún recuerdo aquella vez que lo puse por primera vez en la pantalla de la salita 😛 Una amiga me regalaba cada cierto tiempo (una vez al año creo recordar) un nuevo juego: los Picapiedra, Double Dragon, Star Wars… y terminaría por llegar Zelda II: The Adventure of Link. Sobre los que vinieron después… ya es otra historia, aunque no fueron muchos más, lo cual no resta ni un ápice a lo que esta mujer hizo por mí, totalmente desinteresada me regalaba unos juegos que no eran precisamente baratos y sí de calidad.

Si antes el amigo del que hablé fue quien me inició indirectamente en los Zeldas, esta amiga fue la que hizo que no me olvidará de ellos, también por un giro del destino :D. Debo reconocer que hasta hace unos cuatro años no fui capaz de relacionar la Game and Watch con el Zelda II, o más concretamente con los Zeldas. Nunca llegué a pasarme este juego de la NES, pero casi, jamás fui capaz de entrar en el último castillo, el de Ganon. A pesar de ello, se convirtió en el mejor juego de mi colección. Por otro lado, también recuerdo que había un amigo que tenía en su casa la NES y el juego The Legend of Zelda (el primero de la saga), pero no lo llegué a jugar (pero sí ver), al menos durante mi juventud (hoy día sí).

Durante casi 10 años me «alejé» de los ZeldasA Link to the Past (Super NES) y Link’s Awakening (GameBoy) pasaron por el mundo sin que yo lo supiera 🙂 Lo cierto es que por aquellos años jugaba más en casa de mis amigos a la Master System y Megadrive (ambas de Sega) y sus Sonic que a la Nintendo que yo tenía (de hecho, jugaba más a la Nintendo que tenían mis primos).

En 1999, cuando salió en el mercado español Ocarina of Time, volví a acordarme de ese Zelda que tenía un amigo (al cual no jugué), de ese Zelda que me habían regalado y de ese Zelda de maquinita, y quise por todos los medios conseguirlo, sabedor de que me gustaría, pues desde hacía 12 años en mi mente había un resquicio, olvidado y apartado, que me decía: «el Zelda es el juego que siempre más te ha gustado». Realmente, no hacía falta que nadie me recordara nada, ni siquiera yo mismo; desde que jugué a The Adventure of Link siempre defendí este juego (y no otros Zeldas, pues no conocía más) como el mejor juego de todos. Siempre defendí que Link, Zelda y Ganon eran los mejores personajes dentro del mundo de los videojuegos.

Por desgracia, yo no tenía la Nintendo 64. Antes de ingeniármelas, conocí de primera mano 10 minutos del juego en casa de un joven muchacho. Yo acostumbraba a ir a su casa porque su madre era la que me cortaba el pelo :D, y fue una inmensa sorpresa verlo en una de estas ocasiones sentado delante de la televisión manejando a Link.

Conseguí prestada la Nintendo 64 en el verano de 1999, sólo faltó alquilar el ansiado Ocarina of Time. Todo era prestado, y dado que las cosas prestadas duran poco, tuve que pasarme el juego en 6 vastos días, unas 10 horas al día, para que el alquiler del juego no fuese muy caro XD. Era cuestión de tiempo, no es que yo esté loco, que conste 😛 Así que desde la tarde del lunes 9 de agosto de 1999 hasta el sábado 14 por la noche del mismo mes de 1999 estuve con ese pedazo de juego que es Ocarina of Time. Me gustó bastante (no quiero exagerar, pero fue muchísimo más que eso), tal y como supuse al ver el anuncio meses atrás (ese en el que salía Volvagia y un pergamino medio quemado). Al ver ese anuncio me entraron ganas de comprarlo, aunque al final no pudiera ser 🙂

Y después, llegó mi verdadera afición, si es que aún no era verdadera, a La Leyenda de Zelda. No es que yo sea un fan de esos que se lo compra todo (ojalá pudiera, pero no hay espacio ni dinero :P), de hecho, tan sólo tengo dos posters (regalos de un gran amigo) y un calendario que me dieron hace un tiempo. Sin embargo, juego a todos los juegos que puedo (se me resisten especialmente los de GameBoy) y me intereso mucho por todo lo que hay «detrás» de ellos: lo que pensó Shigeru Miyamoto al hacer cada juego, fechas de lanzamiento en Japón, traducciones, arte gráfico, etc. Disfruto como el que más con cada entrega de la saga, me encantan, y no hay ningún juego aún que me haya gustado más. Por ello digo que después de Ocarina of Time comenzó mi verdadera afición, porque hasta que no jugué a éste, no empecé a jugar a todos los que me había saltado, y a pesar de que tuve que jugar a A Link to the Past (1992) y a Link’s Awakening (1993) ocho años después del lanzamiento original, me gustaron igual que Ocarina of Time. Bien es cierto que hay quien dice que estos juegos, a pesar de sus gráficos, son inmortales y gustarán siempre, pero hay quien dice que son tan antiguos que ya no son buenos… yo soy de los primeros, pero voy más allá y creo que desde el primer ZeldaThe Legend of Zelda, todos los Zeldas son igual de buenos, cada cual a su manera (aunque personalmente The Adventure of Link sea mi preferido).

Y así pasó un año más, con muchas pequeñas historias en medio, pero me las saltaré 🙂

A finales de 2001, una amiga, también líder de Telepolis, me comentó cómo era éste portal y que se podía colaborar con él, así que mandé un formulario, y de este modo, como quien no quiere la cosa, me aceptaron. Desde aquí quiero dar gracias a esta chica, jamás olvidaré todo lo que ha hecho por mí 🙂 Durante el 2002 tuve la oportunidad de disfrutar de Majora’s Mask, de nuevo de Ocarina of Time y por fin lograr completar The Adventure of Link. Pero siguen resistiéndose los juegos de GameBoy, excepto Link’s Awakening :), cosas de la vida.

En el transcurso de estos dos años he podido expresarme gracias a Telepolis, he podido ahondar más en estos juegos que tanto me gustan, he podido compartir mis conocimientos con gente de España y allende el mar y sobre todo he podido conocer personas maravillosas.

Y en el caso de que este lugar desapareciera de la Red, siempre seguirá gustándome La Leyenda de Zelda, y siempre será el mejor juego para mí, aunque cambie la saga tanto que termine por parecerse a un Doom (otro de mis favoritos por cierto), porque La Leyenda de Zelda no es sólo lo último que sale a la luz y lo que más se conoce, sino que todo lo anterior también cuenta.

Actualmente, como sabéis, ha aparecido The Wind Waker (que salió el 3 de mayo, aunque en mi caso empecé a jugarlo el 5 de mayo). Genial, sencillamente genial, tan maravilloso como Ocarina of Time. Y como siempre, aquí estoy yo informándome de todo sobre él, incluso entrando en el campamento virtual «Camp Hyrule 2003» para leer opiniones de la saga Zelda en general. Y más reciente aún: hace dos semanas vinieron a visitarnos la familia cuya madre me cortaba el pelo (antes vivían cerca, pero se mudaron algo lejos :)), la conversación sobre el Zelda fue interesante, y por supuesto, no me faltó agradecerle lo que hizo por mí: enseñarme por primera vez el que es el más grande de todos los juegos.

Finalmente, contaros que en agosto, mi mejor amigo, el que tenía la maquinita Game and Watch, me la regaló para el día de mi cumpleaños. Después de lo que habéis leído, espero que comprendáis lo mucho que me ha gustado este obsequio *sonreír*. Ha sido volver a los inicios… se podría decir que el «círculo se ha completado».

Nada más, amigos, gracias por leer mi historia 🙂

Texto finalizado el 30 de septiembre de 2003